sábado, 9 de enero de 2010

¿Qué le ha pasado a mi coche?


Dentro de la clasificación que hice anteriormente de los diferentes tipos de conflictos, el vandalismo es el último que me queda por comentar. Cuando se habla de vandalismo nos referimos a una agresión consciente y con intención de dañar, tanto el mobiliario del centro, como las pertenencias de algún otro compañero/a o profesor.
Cuando el alumno/a llega a este punto ya se han dado indicios claros de que hay un problema grave de comportamiento del alumno, y bien el alumno ha reaccionado negativamente a todas las medidas tomadas, o ha habido una dejadez por parte del centro en actuar que ha provocado que el alumno piense que puede hacer lo que sea, que nada le va a pasar.
Da lo mismo lo que nos lleva a este punto, aquí ya los daños son algo palpable, objetivo, no se pueden negar, esconder o justificar; llegados a este punto el centro debe tomar cartas en el asunto y hacer que el alumno se haga responsable de lo realizado, no tanto por los daños (que normalmente son pagados por los padres) sino hacerle ver el daño causado y que eso provoque un arrepentimiento por su conducta.
Pero como siempre tenemos que en la mayoría de los casos, sobre todo cuando se ha realizado en grupo, los padres tienden a apoyar a sus hijos a echar la culpa al resto o a justificarlos, lo vemos día a día con otros muchos comportamientos incívicos que se dan en la sociedad. No nos damos cuenta que todos, y los padres primero, hemos de educar a nuestros niños y jóvenes sino llegará el momento en que de situaciones que con una reprimenda se arreglarían, pasamos a hacer un daño mayor que se convierte en delito y ellos en delincuentes.

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